Trabajo y le TOC
¿Cómo se relaciona el trabajo al TOC?
A menudo, el TOC impacta la capacidad de trabajar de una persona y las ansiedades que experimentan en el lugar de trabajo. Muchos pacientes son sumamente inteligentes y muy funcionales. Frecuentemente, esto es referido como TOC altamente funcional. Solo porque alguien es un doctor, abogado, escritor, empresario, profesor o cajero, no quiere decir que no estén luchando contra un trastorno mental. Desafortunadamente, la idea de que alguien que sea exteriormente exitoso esté siempre saludable evita que las personas busquen ayuda. Sufren en silencio y mantienen su TOC un secreto. Esto puede causar problemas con el desempeño profesional o permitir que ciertos pensamientos intrusos no sean tratados y empeoren.
TOC y El Trabajo
Problemas de TOC en el lugar de trabajo frecuentemente son así:
- Te tomas más tiempo para hacer tu trabajo porque estás obsesionado con un pensamiento intruso.
- Tienes dificultad en concentrarte.
- Evitas a ciertas personas o tareas porque te provocan pensamientos negativos.
- Te preocupas constantemente sobre cómo tus colegas te perciben a ti y tu comportamiento.
- Evitas salas de reuniones y baños por miedo a contaminarte.
Personas que padecen TOC también enfrentan discriminación de jefes y colegas si hablan sobre su lucha con la salud mental.
Discriminación de TOC en el lugar de trabajo frecuentemente es así:
- Tu jefe no te considera para una ascenso porque teme que tu TOC te impedirá de hacerlo bien.
- Tus colegas se burlan de ti, o se enojan sobre tu necesidad de tomar pausas de ciertas tareas o interacciones. Piensan que eres “menos apto” para el trabajo que ellos.
- Los jefes no te permiten tomar días libres para la salud mental.
- Las personas usan palabras como “loco”, “descabellado”, o “débil” cuando hablan sobre la salud mental.
¿Qué puedo hacer al respecto?
Si experimentas pensamientos intrusos durante el trabajo, las prácticas de concienciación pueden ayudar. Aprende a dejar que el pensamiento exista sin asignarle un significado. Intenta ser consciente y permite que el momento pase a su tiempo. Esto tomará tiempo para acostumbrarte. La clave es de incorporar, poco a poco, las prácticas de concienciación a tu horario diario y dejar que sus efectos vayan construyéndose a lo largo del tiempo.
El tratamiento también es un modo efectivo de gestionar los pensamientos intrusos en el lugar de trabajo. La terapia de exposición y prevención de la respuesta (EPR) es el tratamiento recomendado para los pacientes de TOC. La EPR es cuando te expones voluntariamente a la fuente de tu miedo una y otra vez hasta que tu cerebro deje de obsesionarse por él. La continua participación en la cosa que te da miedo le obliga a tu cerebro a reconocer cuán irracional es.
Muchas personas utilizan las prácticas de la EPR fuera de la terapia para ayudarles a superar el día. Un ejemplo sería:
- Un pensamiento intruso surge mientras trabajas en una tarea. Lo reconoces a él y a la ansiedad que está creando.
- Combates el pensamiento intruso con la práctica de concienciación. Aceptas que el pensamiento existe aunque sea indeseado. Permites que entre y salga al frente de tus pensamientos.
- Cuando tienes un momento, tomas una pausa de cinco minutos para intensificar el pensamiento y obligarte a que aceptes su presencia. Si el pensamiento tiene que ver con gérmenes en la mesa de conferencias, puede que te expongas al miedo y poner la mano sobre la mesa por dos minutos.
- A la larga del tiempo, mejorarás y harás mejor en experimentar estos pensamientos en el trabajo y superarlos.
Hay otras opciones de tratamiento también. Una basada en la concienciación: la terapia cognitivo-conductual, también conocida como la TCC, que les enseña a las personas a identificar, entender y cambiar el patrón y comportamientos del pensamiento negativo. A los pacientes se les enseña las habilidades para resolver problemas durante las lecciones de terapia y después son instruidos a practicarlos a solas para crear hábitos positivos.
Si estás tomando medicamentos para tu TOC, sé consciente de que los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, o ISRS, pueden impactar tu trabajo al corto plazo. Los ISRS pueden hacerte sentir flojo, somnoliento y con nauseas. Una vez que tu cuerpo se acostumbre al medicamento, estos efectos colaterales deberían disminuir.
Y por último, puede que te estés preguntando si debes decirle a un colega o a tu jefe. La verdad es que todo depende en el tipo de trabajo y la naturaleza de tu relación con esas personas. Si te sientes cómodo hablando con alguien en el trabajo, entonces hazlo. El abrirte puede hacerte sentir alivio y ayuda a tus colegas a entender mejor lo que te sucede. Si el ambiente laboral es menos comprensivo, el hablar puede crear más problemas de los que puede resolver. Esto es verdaderamente una decisión de tomar caso por caso, una que deberías decidir con tu terapeuta.